La ingesta de proteínas se ha convertido en uno de los factores más influyentes para la comunidad científica cuando hablamos de composición corporal. Mayor masa muscular durante una dieta baja en calorías (1) o una reducción del apetito (2) (y por lo tanto de las calorías consumidas) son algunos de los efectos positivos que se han demostrado al aumentar la ingesta de proteínas en la dieta.
Aun así, el tema de las proteínas es un tema muy amplio y debatido, surgiendo dudas como: cuántos gramos de proteínas es lo óptimo, qué tipo de proteína debemos consumir y la que más discrepancia crea, cómo dividir la ingesta de proteína en las diferentes comidas.
En este artículo me centraré en este último punto y veremos si el número de comidas influye en la mejor o peor absorción de aminoácidos.
El mito de absorber 30g por comida
Como muchos sabréis, la proteína que ingerimos a través de los alimentos es digerida en nuestro tracto digestivo dando lugar a aminoácidos o di- tripéptidos (uniones de dos o tres aminoácidos). Si recordáis mi artículo sobre los péptidos, comentaba que la ingesta de proteína hidrolizada tenía una velocidad de absorción mayor al resto de proteínas ya que los di y tripéptidos se absorbían mediante otro tipo de receptores (específicamente a traves de PEPT1) (3), evitando la saturación de los receptores comunes, que son sodio-dependientes.
Como es obvio, el vaciado gástrico tiene un gran impacto en la velocidad de absorción de los distintos aminoácidos. Comidas altas en grasa, alimentos sólidos o volúmenes muy altos de líquidos, son algunos de los factores que pueden retrasar el vaciado gástrico y por lo tanto reducir la absorción.
Este fenómeno, ha conseguido que muchos se obsesionen con buscar la forma más rápida de tomar su batido post-entrenamiento por la ventana anabólica, un tema que traté recientemente. El problema que nos encontramos, es que los deportistas confunden el termino “absorber” con “utilizar”.
La absorción de nutrientes por parte de nuestro organismo es un proceso muy eficiente, ya que hablamos de una absorción cercana al 95% (6). El otro 5% restante, suele ser usado por nuestra flora bacteriana o es expulsada con las heces. Un claro ejemplo se observa cuando comparamos los efectos de hacer una única comida al día frente a 3 (4), observando una diferencia nula en hormonas como insulina o adiponectina, las cuales están relacionadas con la disponibilidad de carbohidratos y grasas.
En el caso de los aminoácidos, una gran parte queda retenida (alrededor de un 30-50%), teniendo preferencia por dos aminoácidos en especial: Glutamina y aspartato (forma en la que se puede encontrar el ácido aspártico).
Cuando nuestro cuerpo no obtiene proteínas o la ingesta de glucosa es muy baja, nuestras células intestinales empiezan a liberar aminoácidos para que sean utilizados (5), evitando que se deba recurrir a la masa muscular. Relax, perder músculo es más difícil de lo que uno se cree.
Como comentaba líneas arriba, nuestro organismo es una de las máquinas más inteligentes que existen, y el intestino no iba a ser menos. Cuando nuestra ingesta proteica es muy elevada, la absorción de aminoácidos se ve limitada (por saturación en el transporte hacia el interior) aumentando la cantidad de aminoácidos que fluirán en el colon. Como podremos deducir, reducir la ingesta de proteína a una comida, no es lo ideal para aquellas personas cuya mucosa intestinal esté dañada, ya que dificultará la correcta absorción de aminoácidos.
Esquema del “pool” de aminoácidos a nivel intestinal. Cuando nuestra ingesta proteica es baja, nuestras células intestinales liberarán aminoácidos, de ahí, que el tener una mucosa sana es imprescindible para nuestro metabolismo proteico (Marielle P et al 2007)
Utilización de la proteína
Visto el tema de la absorción, viene el tema de la utilización (de ahí que remarcara la diferencia antes). La utilización de los aminoácidos, va a depender en gran medida de dos factores:
- La calidad de la proteína (ese factor que a algunos veganos se les llena la boca diciendo que no importa)
- El tipo de proteína (rápida VS lenta)
En el primer caso, la calidad de la proteína va a marcar la mayor o menor retención de aminoácidos a nivel intestinal, siendo un ejemplo clásico el de soja frente a caseína o proteína de suero (WHEY). Cuando comparamos ambas proteínas, lo que se observa es que la proteína de soja se convierte en urea, mientras que la caseína tiende a aumentar la síntesis proteica, reduciendo la producción de urea (9).
Aunque ambas proteínas reducen la degradación proteica (lo que vulgarmente se conoce comocatabolismo), el valor biológico de la proteína va a marcar la mayor o menor síntesis proteica a nivel muscular (y sistémico), siendo superior las proteínas como WHEY a las de origen vegetal como las de soja.
En el segundo caso, la velocidad de la proteína también va a influir en la utilización de aminoácidos. Como la mayoría sabéis, la proteína WHEY es una proteína rápida, por lo que dispara los niveles de aminoácidos en el torrente sanguíneo, a diferencia de una proteína lenta como la caseína, que va liberando aminoácidos de forma mucho más prolongada. De esta forma, si la persona consume poca proteína, le vendrá mejor la caseína al mantener el balance de nitrógeno positivo durante más horas (10), tal como observamos en la imagen inferior.
La caseina, mantiene los niveles de leucina por más tiempo. Gráfico adaptado por S.Espinar de Boirie et al.
No obstante, tenemos que ser consientes de que nadie hace una sola comida al día (a excepción de algunos que practican ayuno intermitente), por lo que no es una situación real.
Cuando realizamos ingestas de proteínas cada 4-5h, la “ventaja” por parte de proteínas lentas desaparece, ya que estamos aportando aminoácidos constantemente, por lo que solo sería de interés la ingesta de proteínas lentas en personas de avanzada edad.
Conclusiones
Resumiendo, la mayoría de expertos están de acuerdo en que a mayor presencia de aminoácidos en sangre, mayor será la síntesis proteica muscular y por lo tanto mayor será la masa muscular conseguida, algo que es una verdad a medias:
- Es cierto que la presencia de aminoácidos a nivel muscular es un factor clave para el crecimiento muscular, pero no es el más importante.
- Lo que se observa en algunos estudios (11) es que la cantidad de aminoácidos intracelulares no tiene relación con una mayor síntesis proteica (si, estas leyendo bien) ya que se saturan con facilidad.
La cantidad a la cual se maximiza este “entorno anabólico” es aproximadamente 30g, de ahí que se confunda con la absorción y que haya dado pie al mito de que solo podemos absorber 30g de proteína por comida, algo que ha quedado desmentido con este artículo, de hecho, introducir la mayor parte de las proteínas en una sola comida, puede ser una opción para aquellas personas mayores, ya que se ha observado que introducir el 80% de la proteína en una sola comida, mejora la masa muscular (12).
Esto no hay que extrapolarlo a la población sana o deportista, de ahí, mi recomendación de dividir la ingesta de proteínas en al menos 3 comidas (por comodidad), pudiendo aumentar por tema de saciedad (no hay que olvidar que la proteína es el macronutriente más saciante).
No te obsesiones con forzarte a comer proteína cada 2-3h, recuerda que la dieta más cómoda para ti, es aquella que te permitirá mantenerla durante más tiempo.
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Fuente
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